Pues si te has hecho esa pregunta, una de las respuestas puede ser tan simple como importante, y dicha respuesta es que Sevilla parece que nunca le ha dado importancia a la estética del suelo que los sevillanos y visitantes pisamos, es más Sevilla carece de una norma y de un criterio sobre la urbanización del espacio público. Cada alcalde elige una losa diferente sin analizar la necesidad de la ciudad.Cada equipo de gobierno ha ido colocando un tipo de losa, sin criterio estético ninguno, incluso hay calles con varios tipos de losas, a diferencia de Sevilla otras ciudades, como Barcelona, Amsterdam, Copenhague o Lisboa, que si se toman muy en serio el diseño de los espacios peatonales.
En el casco histórico de Sevilla podemos observar un amplio abanico de diseño de losetas, adoquín , losetas color albero,granito, pizarra, empedrado, adoquín, losetas de hormigón de forma hexagonal por poner algunos ejemplos.
También nos podemos encontrar la típica loseta que no está al completo dejando un agujero en la acera o incluso el agujero por culpa de la ausencia de loseta.
Cómo ha dicho en más de una ocasión el arquitecto
Enrique Abascal "lo bonito es la uniformidad"
Un claro ejemplo de armonía arquitectónica del espacio público que simplemente con ver una foto es fácil de identificar son las calles holandesas. En Manhattan las aceras son de hormigón, muy uniformes, y se pueden abrir y reponer con facilidad. En Inglaterra son de pavimento asfáltico, " cosa que en Sevilla brilla por su ausencia a cambio de un gran caos.
Puedo decir que esta falta de homogeneidad no solo pasa en el suelo que pisamos en Sevilla, por poner un ejemplo solo hay que dar una vuelta por el Parque María Luisa dónde nos podemos encontrar cinco tipos de vallas diferentes en el perímetro del parque, un claro ejemplo que Sevilla nunca ha cuidado la estética de los espacios públicos.Las calles son un lugar de estancia también, no sólo de paso. No todo es un problema de movilidad. Deben existir zonas para caminar y sentarse, incluso para poner veladores , por este motivo es algo que habría que planificar con tranquilidad y mesura, y no dando palos de ciego, que al final lo único que produce es malestar y normalmente un mayor coste económico, ya sea para el ayuntamiento o para los comerciantes por las pérdidas ocasionadas por las decisiónes tomadas por la casa consistorial.
Una ordenanza de los pavimentos y acelerados públicos haría de una ciudad más bella con un sello de identidad propio e incluso a largo plazo un ahorro económico para la ciudad aunque en un principio pueda ocasionar una gran inversión al tener que unificar pavimentos y acerados según el tipo de zona que sea. Pero a la larga haría que existiera un determinado número de diseño de solas, y cada calle de la ciudad tendría asignado el suyo, el cual permitiría andar sobre un acerado con con un criterio estético para la ciudad.
Sin criterio "NI" estética.
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